HACE UN AÑO

Piratas amigos:

Hace un año atrás llevábamos como dos semanas con camisetas nuevas. Habíamos jugado un partido con ellas y justo perdimos. Hace un año y un mes el blog comenzó a funcionar y fue una explosión de júbilo. La vida andaba muy rara por esos días -en lo personal, digo- y lo que me daba mucha alegría y orgullo era este club nuevo con sus camisetas nuevas y la página del GCDS Piratas. Las concentraciones se sucedían, las ideas saltaban y todos jugábamos para ganar. Hace un año, compañeros, mi vida también se anduvo poniendo aun más extraña.

El fin de semana previo a ese año que se cumple hoy lunes, 30 de julio, hubo una concentración y se planificó un partido en Puente Alto, una changa, con amigos de Carlos. Yo había ido la semana anterior al aeropuerto, por pega, y no había podido inaugurar las camisetas negras Akira (el máximo logro de esta directiva). Otros sí tuvieron ese honor. ¿Y qué pasó?: cuatro de nosotros fuimos a jugar esa changa. Carlos, por compromiso, y los tres que fuimos (Pochoco, Muñeca, yo), un poco por calientes y un poco obligados, aceptamos la invitación. Yo también fui para sentir la camiseta puesta en la piel y ver cómo era jugar con mi nombre en la espalda y la insignia del club en el pecho. Hace un año, compañeros, me puse la camiseta y los shorts del Glorioso Club Deportivo y Social Piratas por primera vez.

Pero ese domingo 30 de julio de 2006, corsarios, me caí encima del codo izquierdo y me lo hice mierda. Fui llevado a la clínica con el dolor en cada salto que daba el auto de Carlos, y allí dijeron que era una fractura y que me tenían que operar a la brevedad. Esa semana debía entrevistar a Marcelo Salas, y dilaté la intervención lo más que pude. Me operaron el viernes siguiente. Me llamaron por fono, recibí mails, comentarios. Mi vida estaba cambiando y este codo lo había acelerado todo.

Compañeros, no sé por qué diablos les escribo esto. Ese bendito accidente hizo que muchas cosas cambiaran en mi existencia, cambios que aún se están dando y sucediendo. Y no tengo muchas respuestas para un montón de putas preguntas que me hago. Hace un año me quedé, como a ésta hora, en mi pieza, a oscuras, pensando en qué pasaría en el futuro conmigo, con un dolor físico terrible y un dolor moral enorme. Pensaba lo que pasaría en mi cuerpo y en mi vida laboral, familiar, sentimental. Y me imaginé cómo sería volver a dejar de jugar por cuarta vez sin ustedes, mis compañros y amigos de toda la vida, ya.

Tengo 35 y ya me queda poco carrete en una cancha de básquetbol. Ustedes saben que traté de retirarme porque me lo dijo el doctor y mi familia, y no pude. La razón es muy simple: es más difícil verlos jugar desde afuera, que correr y entregarlo todo adentro de ese rectángulo, aunque sea por un par de meses más.

Hace un año salió este post:

http://sanbernardopiratas.blogspot.com/2006/07/mala-noticia.html

Y lo volví a leer. Recordé todo lo que ha pasado desde ese 30 de julio hasta este 30 de julio.

Todo, cabros. Tanto pasó con nosotros. Tanto pasó en mi vida, su centro cambió, de hecho.

Mi codo apenas si se dobla; de repente, quizás, me tengo que operar de nuevo porque algunas cosas no quedaron del todo bien. Y qué decir de lo demás: un matrimonio en la escuela de suboficiales, un campeonato, un par de penas importantes y otros logros de la puta madre. Un fin de año como el forro (¿recuerdas la conversación de navidad, Chico?) y unos meses oscuros.

Dejé a una mujer maravillosa y conocí a otra persona que quedará en mi recuerdo grabada a fuego. Me retiré. Luego volví. Roka escribió sobre este equipo, y ahora acaba de irse a vivir a Argentina. Me hice amigo, más amigo, de Pepe Alvújar, y César va a ser papá muy luego.

No sé. Me bailó Moraima y Pedro Cerezo dejó de jugar con nosotros. El 31 de julio, mañana, Aldo se va Europa, pero su viaje lo planificó en este período; Carlos se afianzó en su trabajo y Pochoco se fue a vivir con su mujer y tienen un hogar que es de ellos. Cristian cumplió años en su casa y yo llegué de otro cumpleaños como a las tres y no importó porque terminó como a las seis de la mañana y hablamos "deLiguana" y del "MostroMarco". Don Hola se hizo nuestro amigo, un gran amigo y compañero, mientras que Fado's se convirtió en nuestro bar por siempre, aunque el dueño no nos quiera ver jamás (¿te acuerdas, Carlos, de la conversa al final del carrete?). A parte, yo ya no estoy en San Bernardo y eso es tan bueno como triste (no saben lo que fue ir al centro la última vez, antes de venirme a mi nuevo hogar). Decenas de sesiones de kine, artículos de un día para otro: un perfil de Matías Fernández en un día terrible y una foto con Claudio Borghi en una jornada maravillosa, que terminó con el cumpleaños de Pochoco y su capa de superman en el cuello. Un día de lluvia a fines de octubre o comienzos de noviembre. Soledad. Un fin de semana en Chillán y la muerte de Pinochet. El día de la final de la copa sudamericana, un día tan triste, a pesar de que soy de la "U" y que nada tenía que ver con ese partido. Una novela en curso. Muchas cosas durante este año. Elvis, Lou Reed, Aznavour, Di Bari, Weezer, Gainsbourg. Cuarenta canciones que me cuesta escuchar y siete películas que me aprietan la guata al verlas. Un sofá bergere y Seminario 326, D5. Carlos Frutti.

Un dato: este año acabamos de perder nuestras camisetas. Y las muy mugrosas se llevaron dos radios con ellas: la de Carlos, en la despedida, y la de Aldo, cuando las fuimos a comprar.

Cabros, quizás lo único que no ha cambiado durante este año es el cariño que le tengo a ustedes. Los quiero como equipo y como seres humanos, a cada uno. Desde mis amigos Pocho o Estocolmo, que dan juventud y la inocencia (que los más viejos hemos ido perdiendo con los años) hasta Rulo, que es un amigazo tan leal, que emociona. O Chico, que es una persona entrañable y que me acompañó alguna vez en un momento muy triste. O César, que lo conocí de pendejo y lo quiero mucho por su honestidad. Y qué decir de Aldo, que es el centro de este equipo, un amigo y un par. De Carlos sólo puedo darle las gracias por todo, y por ese abrazo de fines de enero, de curado a curado. De David, un siete y quizás el mejor hallazgo de este año, y de Petu, que ha regresado a ser pirata. A Peyo, por su silencio y su compromiso. Y hasta Guido, que me escribió un "ánimo", hace un año.

Aquel lunes 31 de julio de 2006, no tuve fuerzas para responderles al cariño que me daban en este blog. Estaba desecho y sólo quería dormir y despertar con mi codo sano. Sabía que desde ese día las cosas iba a ser diferentes y no estuve equivocado.

Hace un año, compañeros.

Mi cuerpo todos los días -y en cada partido- me avisa que estoy abusando y que me lo va a cobrar tarde o temprano. Pero equipo existe uno solo en la vida. Simplemente, no puedo esperar.

Gracias a ustedes por hacer que sea importante aún en este club. En ese quinteto que juega dos veces por semana. A pesar de entregar sólo un 30% de lo que alguna vez jugué, sigo sintiéndome parte de todos. Uno más.

Gracias por el cariño, compañeros.

Por bancarme en este año tan, pero tan díficil para mí.

Un abrazo.

Un tal LMV.